miércoles, 13 de abril de 2016

Tan bueno como para odiarlo

En la época en la que Black Mamba llegó a la NBA, ya había suficientes grandes basquetbolistas como para darle cabida a un joven que comparaban con el ídolo de millones de ese entonces, Michael Jordan  ¿Quién diablos era este chamaco para atribuirle tal comparación? ¿En qué estaban pensando para atribuirle tanto en tan poco?

Kobe Bryant nunca fue de mis jugadores favoritos, es más era tan bueno que llegabas a odiarlo por no tenerlo en tu equipo,  elegido en el Draft por los Hornets fue cedido a Los Ángeles semanas después, él no quería jugar con Charlotte y sus deseos de jugar con otro equipo se volvieron realidad cuando Jerry West apostó por él cediendo al equipo de Carolina uno de sus jugadores titulares para tener en las filas del cuadro angelino al joven de Filadelfia.

Poco a poco Bryant fue escribiendo su propia historia, le tocó por años ser “la figura” del basquetbol norteamericano, los seguidores de la NBA vieron en Kobe el reemplazo perfecto de sus ídolos y para los aficionados de Los Ángeles el momento oportuno de volver a ganar un campeonato.

Arrogante, frío, poco defendía, pero era a razón de insistir sobre el aro donde poco fallaba, de mirada desafiante e intimidante para sus compañeros y rivales, exigió siempre a su equipo y a él mismo dar lo mejor en cada entrenamiento, en cada partido, jugó durante veinte años con un grado de intensidad obligando a los jóvenes a jugar a su paso y cuando no pudo exigirle más  a su cuerpo tomó la decisión de decir adiós; fue claro en su carta de despedida, su momento había llegado y así lo escribió: “Querido basquetbol …  Estoy listo para dejarte ir. Quiero que lo sepas para que ambos podamos saborear cada momento que dejamos juntos”.
5 campeonatos de la NBA de siete finales que disputó, nadie en la historia de la NBA tan fiel como el a su equipo fueron veinte años como Laker, 15 postemporadas jugadas, 18 apariciones en el Juego de las Estrellas y en 15 fue titular, cuatro ocasiones fue elegido el Jugador Más Valioso en ellos.
En el 2006 encestó 81 puntos contra Toronto, registrando la segunda mayor cantidad de puntos anotados en un juego de la NBA, su punto número 30,000 lo encestó a los 34 años 104 días convirtiéndose así en el jugador más joven en conseguirlo; medallista con Estados Unidos en Juegos Olímpicos en dos ocasiones, en Pekín  2008 y Londres 2012, en ambas consiguió el oro.
Hoy se despide un grande la NBA, uno de mis jugadores menos favoritos pero por su gran calidad de juego sobre todo a la ofensiva, su habilidad para desmarcarse, con una variedad de recursos inagotable e inigualable, un increíble movimiento  de pies sobre la pintura, preciso en sus tiros desde el perímetro, nadie como el para jugar de espaldas al aro y lograr el enceste, un dolor de muelas para aquellos que lo defendieron bajo la tabla; Kobe fue tan bueno que te hacía detestarlo como rival.


¡No habrá otro Kobe Bryant! dijo hoy Magic Johnson, y si tiene razón, por ello hoy solo queda agradecer a Black Mamba sus veinte años de un gran basquetbol.

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