Era
un 15 de abril de 1947 cuando en el Ebbets Field ante 26,623 personas haría su
debut en la primera base de los Dodgers de Brooklyn el primer jugador de color
en las Grandes Ligas, ese día Jackie
Robinson rompió los paradigmas referentes al color de piel de quienes
militaban la liga más importante de beisbol del planeta y dio pie al inicio de
una gran carrera profesional que terminaría en 1956.
Robinson jugaba no solo dentro del
diamante con empeño de igual manera lo hacia fuera de este en su constante
lucha por la igualdad racial, situación que hizo de su carrera un capítulo memorable
en la historia de las Grandes Ligas por lo mismo 50 años después se le
reconocerían sus éxitos retirando el número que siempre portó, el 42.
Se
jugaba la temporada 1997 cuando se tomó la decisión de retirar el número 42 de
todos los equipos de las Grandes Ligas, sin embargo a aquellos jugadores que en
ese momento portaban dicho número se les dio la opción de continuar utilizándolo
hasta el final de sus carreras, uno de esos jugadores era Mariano Rivera.
Mo anunció en Marzo pasado que
la temporada 2013 sería la última que jugaría por lo que casi al finalizar esta,
el equipo para el que jugó durante 19
temporadas los Yankees de Nueva York le realizó un merecido homenaje al panameño en
el Yankee Stadium donde Mariano escribió el capítulo final de
su carrera en las Grandes Ligas, enfrentando a los Giants de San Francisco.
Rivera llegó a los Yankees en 1990 para formar parte de las
menores del equipo, su debut fue hasta 1995 ante los Angels partido en el que
fue abridor debido a la lesión de Jimmy Key, en esos momentos Mo repartía su
juego entre las menores y las mayores, sus actuaciones en las Grandes Ligas no
eran tan buenas y se llegó a considerar su salida del equipo, su pitcheo mejoró
y se mantuvo con el equipo; su paso con “Los
Bombarderos del Bronx” se resume en tener el récord de salvamentos, trece veces llamado al All Star Game, MVP en el 2013 y contribuyó en cinco de los 27
títulos de la Serie Mundial que ostentan los Yankees
A sus
casi 44 años el cerrador de los Yankees se
despidió ante su gente, caminó por última ocasión desde el bullpen hasta el
centro del campo bajo los acordes de “Enter Sandman” para no perder la costumbre y darle pie al
#ExitSandman, y así recibir por parte de
sus seguidores un merecido reconocimiento a través de aplausos.
Paralelamente
a este festín el pelotero dejaba el emblemático 42 de Robinson, situación que
cerraba a la par dos importantes historias en las Grandes Ligas, “es un enorme
gusto, un privilegio y un honor ser el último jugador con este número” fueron las palabras de Rivera cuando vio colgar el último
42 enmarcado para la posterioridad en una
placa conmemorativa, con la que se daba por un hecho anunciaba el “apaga y vámonos”
de su carrera, la carrera del último 42.

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